EL SONIDO DEL SILENCIO
Juan, un chico de 18 años al que le gusta vivir la vida sin impedimentos a pesar de su problema para oír.
A pesar de ser sordo, Juan, es un joven que no tiene miedo a nada ni a nadie. Le gusta hacer la vida normal de un joven cualquiera: salir, ir al cine, ver la tv, bailar, pasear, llevar la moto, etc. El sueño de su vida es ser bailarín de discoteca (gogó), pero cree que nadie le daría la oportunidad por ser sordo.
Juan o Juanxo, como le gusta que le llamen, se despierta cada día alrededor de las una del medio día. Saca a sus perros; va al gimnasio; posteriormente al autoescuela; a casa de su mejor amiga, otra chica sorda con la que se pasa el día hablando.
“a veces se agobia”
La gente, al no saber su problema de audición, cuando se acerca a él, éste no se entera a veces de mucho de lo que dicen, sobre todo le ocurre en la discoteca, y a veces se agobia.
“Es muy fácil leer los labios”, afirma Juan. Al no poder oír bien todo lo que dice la gente cuando le hablan, su manera para poder llegar al entendimiento es mediante la lectura de labios. Si bien, para poder comunicarse con él, cuando se gesticule con los labios, la persona debe al menos hablar con voz, si solo gesticula no puede llegar a entenderlo perfectamente. Con el conjunto de labios y voz, él lo procesa y lo entiende todo.
Juan, casi siempre lleva en la oreja un audífono, aparato destinado a personas sordas que amplifica y mejora los sonidos. Con el aparato, las personas sordas pueden oír mucho mejor los sonidos. En especial, para Juan, el audífono le ayuda a oír frases o palabras cortas. Cuando la frase es muy larga, él no puede llegar a entenderlo bien.
“vivo el ritmo como nadie”
Juan hace una vida normal, le encanta bailar, pero ¿cómo lo hace sin poder oír?
“Cuando bailo en la discoteca, lo hago gracias a las vibraciones que siento en el cuerpo, con lo que vivo el ritmo como nadie y, encima, sin padecer las molestias del estruendo discotequero”, comenta Juan. Los sordos entienden perfectamente la melodía de las canciones. Además de bailar, le encanta ir en moto a todos sitios. No tiene miedo cuando conduce, y está deseando sacarse el carnet de conducción de coche.
Su serie de televisión favorita es “la Lola”. Cada tarde la ve, gracias a los subtítulos que las televisiones tienen.
“la palabra inferioridad se ha borrado de mi mente”
“Muchas veces me he sentido inferior a los demás, pero desde que he empezado a descubrir que yo puedo hacer todo lo que una persona cualquiera hace en su vida cotidiana, la palabra inferioridad se ha borrado de mi mente”, afirma Juan.
En el instituto, le han ayudado mucho ya que para cada clase contaba con un intérprete. Básicamente, el intérprete para sordos tendrá como función principal traducir el idioma castellano al lenguaje de señas o signos, las comunicaciones que deben efectuar las personas sordas con personas oyentes.
En cuanto a su vida sentimental, ninguna pareja le ha dejado nunca por ser sordo, ni ningún amigo le ha dado la espalda.
Para finalizar, hay que decir que hablar con el de “tú a tú” es muy fácil y puede haber una comunicación perfecta entre los dos.
SOÑAR NO CUESTA NADA
Juan sueña con poder llegar a recuperar el oído gracias a algún avance en el ámbito de la tecnología o la medicina, y poder llegar a oír a su cantante favorita, Mónica Naranjo, poder relacionarse perfectamente con la gente, oír a su madre, gritar al mundo que por fin tiene la plena felicidad, ver su serie favorita sin tener que estar pendiente a los subtítulos, etc. Mientras eso llega, Juan vive el día a día muy alegre, y hace todo lo que cualquier persona hace a lo largo de un día.
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